Si bien hace más de una década que dejó de ser funcionario público, luego de haberse distanciado del kirchnerismo a raíz del conflicto por la resolución 125 de retenciones móviles, a las cuales rechazó con su voto en contra, el exsenador y empresario de grueso calibre Roberto Urquía apuntó hacia la estrategia oficial en materia de soja.

A la soja desde hace 7 u 8 años se la viene maltratando y discriminando, porque de las exportaciones de origen agroindustrial es la que por lejos paga más retenciones”, cargó.

Urquía es el dueño de Aceitera General Deheza (AGD), una de las firmas más importantes del complejo agroindustrial argentino y la mayor agroexportadora de capitales 100% nacionales.

En diálogo con La Red Rural (AM 910), estimó que el diferencial de retenciones de la soja en comparación con los cultivos que le siguen en materia de retenciones es del 200%.

“Se la maltrata, se la discrimina, pero este maltrato hace que el país pierda muchos ingreso de dólares. Porque hay regiones alejadas de los puertos en los que la logística es fundamental para el traslado de las mercancías, y esas tierras lejanas pierden exportaciones”, afirmó.

LAS CRÍTICAS DE URQUÍA, POR LA SOJA

Incluso le puso cifras: según sus palabras, Argentina produce soja en un 93% “con destino al mundo”, y el año en el que más hectáreas de soja se sembraron fue 2016 con 20 millones de hectáreas.

“Hoy se siembran 16 millones de hectáreas. Y si calculamos que de esas 4 millones de hectáreas hay 30 quintales por hectárea de promedio, si lo multiplicás por el precio de Agricultura de esta última semana que fueron u$s 492, perdés por mes unos u$s 500 millones de ingreso”, afirmó.

Según Urquía, de este modo, la economía pierde al año “unos u$s 6.000 millones”.

“Es decir que para tratar de cobrar impuesto y financiar los déficits estás dejando de percibir un ingreso que te ayudaría en la parte económica”, planteó. “Por eso creo que nos equivocamos”, afirmó y comparó con el crecimiento de los países del Mercosur.

Sin embargo no lo catalogó como un error en solitario del Frente de Todos actual, hoy ya Unión por la Patria, sino de “los sucesivos gobiernos de los últimos años”.

“Nosotros somos optimistas. Yo creo que cualquiera de los candidatos que gane producirá cambios para mejorar los ingresos tan escasos de este país. Así que lo vemos con optimismo. Y si a eso le agregás que tendremos ingresos de litio y vaca muerta y todo lo que san los recursos de ciencia y técnica, Argentina tiene que salir adelante”, expuso.

“NO NECESITAMOS PERSONAS SUPER INTELIGENTES”

En otra de sus definiciones, de cara a las elecciones presidenciales del mes próximo, Urquía señaló: “No necesitamos personas super inteligentes al frente de los gobiernos”.

Y aseguró que el país “necesita gente normal como ustedes, como yo, que trabajamos todos los días, que subimos a un taxi y que no nos separamos tanto de la realidad de la gente”.

“Cuando uno asume un Gobierno tiene un tema que por ahí tal vez se aísla y por distintos motivos empieza a estar rodeado por el grupo más íntimo de amigos y pierde noción. Yo aspiro que nos gobierne gente normal y que escuche. Es lo fundamental”, expuso.

En esa línea graficó una relación de cercanía que tuvo con el fallecido exgobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota.

“Tuve una relación muy directa con él, quien me decía ‘Roberto, venite a tomar un café o comer un bife porque sino estamos en un círculo muy cerrado’. Por eso creo que a los que gobiernan hay que decirles que no se aíslen para que no les pase lo del tan mentado “diario de Irigoyen”, porque ahí es donde erramos el camino”, definió.

INVERSIONES

En junio de este año Urquía fue recibido por el actual ministro de Economía y candidato a Presidente por el oficialismo, Sergio Massa, y la secretaria de Energía, Flavia Royon.

El empresario ratificó la inversión de u$s 54 millones que realizará la empresa para producir bioetanol en su planta de Córdoba.

Se trata de una ampliación de la fábrica con un incremento del 50% en su capacidad de producción y estima emplear a más de 300 personas durante la etapa de construcción del proyecto. A su vez se requerirán proveedores locales para el montaje de la planta.

“Este desarrollo, que tendrá como beneficio la sustitución de importaciones por más de 110 millones de dólares, demuestra el potencial que Argentina tiene en materia de producción de biocombustibles”, señalaron.

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