A comienzos de enero de este año, una exportación de bovinos en pie ciertamente puso a más de un ganadero a festejar. Se trato del primer envío de reproductores hacia Chile, desde la cabaña Río Frío en la provincia de Chubut, que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) celebró como hito, ya que se concretó luego de años de una rígida política del país trasandino, que no permitía ese intercambio para defenderse de la fiebre aftosa. Así, luego del caballo blanco de San Martín, desde Argentina cruzaron cuatro toros de las razas Hereford y Angus.

 

Esta historia se torna aun más interesante si se tiene en cuenta que el ganadero detrás de esta hazaña es nada menos que el nieto del productor chileno que importó las primeras hembras desde la Patagonia 65 años atrás.

 

“Lo que hicimos fue un hito importante. Después de 65 años volvimos a hacer lo mismo que hizo mi abuelo. Siendo yo tercera generación de criadores de Hereford, logré concretar la última importación que se ha hecho”

 

Allá por la década de 1950, el abuelo de Jimmy se llevó desde Argentina al menos dos docenas de vaquillonas y un par de toros –también desde Chubut-, a los que luego les sumó otros más que adquirió en la feria de Palermo.

 

“Tanto mi abuelo como mi padre ya partieron, pero la gracia de esto es que la tercera generación de la familia sigue haciendo lo mismo, sigue criando Hereford con la misma pasión que ellos lo hacían. Ambos fueron muy entusiastas de la genética y se preocuparon mucho por mejorar sus rodeos”, relató el ganadero.

 

Y aunque hoy lo dice con una sonrisa en su rostro, Peede reconoce que afrontó días no tan buenos en el curso de este proyecto.

 

“Fue muy estresante. Hubo días malos, días peores, días buenos en que nos ilusionamos de nuevo. Luego se nos vino la pandemia. Hubieron mil cosas que nos complicaron el cuento, pero hoy día yo estoy muy satisfecho porque logramos abrir la tranquera. Hoy día cualquier ganadero de Chile puede venir a la Patagonia argentina y comprar genética de la buena”, afirmó.

 

Sin dudas este hecho representa un hito clave para la ganadería argentina, que ni siquiera podía ingresar genética a Chile a través de muestras de semen ante los fuertes controles del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de ese país.

 

“No es ningún descubrimiento mío que la genética argentina es una de las mejores del mundo y nosotros la tenemos al ladito. Bastaba que abriéramos la tranquera. El SAG es una institución realmente muy respetada en el mundo, que hace que sanitariamente llevemos un animal absolutamente inocuo para el status sanitario chileno. Y eso es muy importante para Argentina, porque Chile es uno de los países más exigentes del mundo en cuanto a mantener su estatus sanitario. Por lo tanto, si Argentina logró entrar desde la Patagonia con animales en pie, puede entrar con animales en pie a cualquier parte del mundo”, indicó el productor.

 

-¿Por qué eligió el Hereford? ¿Qué representa el Hereford en la ganadería patagónica?- le preguntamos a Peede.

 

-Yo soy un enamorado de la raza. Nací junto a las vacas pampas, por lo tanto yo no podía no trabajar con Hereford. Soy un convencido de que en mi zona la vaca Hereford tiene muchísimas ventajas. Mí zona es una zona donde predominantemente vivía el Angus pero yo, siendo también criador de Angus, insisto en mantener mi rodeo de pedigree Hereford porque creo que tiene mucho que decir como raza pura y en las cruzas. Va a llegar el día en que volvamos a estar de moda los Hereford. Y cuando llegue ese día, mi plantel va a estar ahí.