Un comunicado oficial informó que el secretario de Agricultura, Fernando Vilella, se reunió el viernes en un “encuentro de trabajo” nada menos que con el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley. Pero al parecer, no pasó nada demasiado trascendente o al menos el gobierno decidió no informar sobre el verdadero contenido de la reunión.
“Se conversó sobre la necesidad de fortalecer la relación bilateral, en base a la cooperación y el diálogo, para generar nuevas oportunidades tanto para el comercio exterior como para las inversiones”, fue la escueta explicación de la Secretaría de Agricultura, que no repasó la abundante agenda bilateral de temas pendientes, como la ampliación de la cuota de importación de carne vacuna (actualmente de solo 20 mil toneladas) o la demorada renovación del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), que caducó en 2020 y dejó a muchos alimentos argentinos sin la posibilidad de ingresar a ese país con arancel cero.
Nada de eso parece ser importante para la actual gestión, o al menos lo callan. La prioridad de Vilella parece ser otra. “Es un momento propicio para profundizar las relaciones bilaterales. Ambos países producen lo que el mundo necesita y el campo argentino cuenta no sólo con grandes recursos naturales, sino también con maquinaria, con AgTech, con universidades y ciencia aplicada al sector, es decir, con un sistema muy potente que produce y lo hace con una muy baja huella ambiental”, indicó el funcionario, según el comunicado oficial.
El embajador Stanley, por supuesto, le dio la razón, porque por eso es diplomático. “Hay mucho que podemos hacer para trabajar juntos, me entusiasma mucho lo que se viene para los próximos años y la apertura creciente del gobierno argentino”, le palmeó la espalda.
Mucho más práctico y conducente fue el encuentro entre el propio Stanley y el nuevo interventor de la Administración General de Puertos (AGP), Gastón Benvenuto. El diplomático llegó junto al representante del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, Adrien McConnell.
En esa cita se firmó un Acta de Inicio del Memorándum de Entendimiento entre quienes gestionan la hidrovía del Misisipi y la AGP, con miras a una posible intervención o asesoramiento estadounidense en la Hidrovía del Paraná, sobre la que todavía hay que tomar muchas decisiones y nada menos que una licitación internacional, para definir un nuevo operador para el dragado necesario para que salgan por allí el 75% de las exportaciones de Argentina.
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