La reciente emergencia fitosanitaria por la plaga de langostas sudamericanas ha encendido las alarmas en Argentina, evocando recuerdos de las antiguas calamidades bíblicas. Con una amenaza económica que supera los 3.7 mil millones de dólares, es imperativo utilizar las innovaciones tecnológicas más avanzadas en la agricultura para enfrentar esta crisis. A través de la agricultura de precisión y la integración de nuevas tecnologías, el sector agropecuario busca no solo controlar la plaga, sino también sentar un precedente para el manejo de futuras emergencias fitosanitarias.

En el vasto horizonte agrícola argentino, una sombra antigua ha vuelto a aparecer: la plaga de langostas sudamericanas. La Resolución Senasa 828/2024, publicada en el Boletín Oficial, ha declarado una emergencia fitosanitaria para intensificar las acciones contra este devastador insecto. Aunque las autoridades y los productores han logrado controlar más de 1000 focos de langostas en varias provincias, el desafío persiste con un elevado nivel poblacional y la presencia de mangas, lo que subraya la necesidad de una respuesta aún más eficaz.

El resurgimiento de esta plaga trae a la mente las referencias bíblicas a las langostas como una de las plagas que causaban desolación y destrucción. En tiempos antiguos, estos insectos eran vistos como castigos divinos, un fenómeno natural que arrasaba las cosechas y alteraba la vida de las comunidades. Hoy en día, mientras las langostas siguen siendo una amenaza implacable, la ciencia y la tecnología modernas ofrecen herramientas sin precedentes para enfrentar esta adversidad.

La agricultura de precisión, una metodología innovadora que integra tecnologías avanzadas para el manejo agrícola, se erige como una solución clave en la lucha contra las langostas. Este enfoque se basa en la recopilación de datos detallados y el análisis preciso del campo para optimizar la gestión de cultivos y controlar plagas de manera más eficiente.

Una de las herramientas más prometedoras en este arsenal es el uso de drones equipados con cámaras de alta resolución. Estos dispositivos permiten un monitoreo aéreo exhaustivo, proporcionando imágenes detalladas que ayudan a identificar y mapear los focos de langostas con gran precisión. La integración de estos datos en sistemas de información geográfica (SIG) facilita la creación de mapas de distribución de la plaga, permitiendo a los agricultores y autoridades implementar estrategias de control dirigidas y eficaces.

Además, la aplicación de modelos predictivos, impulsados por la inteligencia artificial y el análisis de datos meteorológicos, ofrece una ventaja significativa en la anticipación de la proliferación de langostas. Estos modelos permiten predecir los movimientos de las mangas y las áreas de riesgo potencial, lo que ayuda a planificar intervenciones preventivas antes de que la plaga alcance niveles críticos. La capacidad de anticipar y actuar con rapidez es fundamental para minimizar el impacto de la plaga en la producción agrícola.

El uso de tecnología avanzada también se extiende a la aplicación precisa de insecticidas. Con sistemas de aplicación de precisión, los tratamientos pueden ser localizados y controlados de manera eficiente, reduciendo la cantidad de productos químicos necesarios y limitando el impacto ambiental. Esta tecnología asegura que el control se enfoque en las áreas más afectadas, maximizando la eficacia del tratamiento y protegiendo el medio ambiente.

Un sistema de alerta temprana, basado en datos en tiempo real y análisis de tendencias, es otra herramienta crucial para el manejo de plagas. La integración de esta tecnología con plataformas de comunicación, como el WhatsApp del Senasa, permite una respuesta rápida y coordinada entre productores y autoridades. Este sistema facilita la detección temprana de brotes emergentes y la implementación oportuna de medidas de control.

El resurgimiento de las langostas sudamericanas no solo es un recordatorio de los desafíos históricos que enfrentó la humanidad, sino también una oportunidad para aplicar las innovaciones tecnológicas más avanzadas en el sector agropecuario.

La combinación de herramientas modernas de agricultura de precisión con una colaboración regional efectiva no solo ofrece una solución para la crisis actual, sino que también sienta las bases para un manejo más resiliente y sostenible de futuras emergencias fitosanitarias.

Mientras la plaga de langostas evoca recuerdos de antiguas calamidades, la aplicación de tecnologías avanzadas en la agricultura ofrece una esperanza renovada para mitigar su impacto. Al aprender de los desafíos del pasado y adoptar las innovaciones del presente, el sector agropecuario argentino puede enfrentar esta crisis con mayor eficacia y asegurar un futuro más estable y próspero para la agricultura.

 

Ab. Prof. Esp. Pablo Andrés Figueroa

Coordinador de enseñanza superior de la Tecnicatura Superior en Nuevas Tecnologías aplicadas al agro del Instituto Superior Politécnico Córdoba. Ministerio de Educación de Córdoba