El presidente de la Cámara sectorial, Eduardo Borri, reconoció que si persiste la crisis, podrían quedar en el camino gran parte de los 14.000 puestos que generaron en los últimos cuatro años.
Desde 2019, la maquinaria agrícola se transformó en una suerte de “mosca blanca” de la industria nacional: en aquel entonces, antes de la pandemia, el sector ocupaba unas 26.000 personas, y ahora son más de 40.000 los colaboradores que dependen de las fábricas de sembradoras, tractores, cosechadoras y otros implementos.
A tal punto que, en la Agroactiva de 2022, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) sorprendió al mencionar que, incluso, no estaban pudiendo conseguir operarios para seguir incrementando los planteles.
Sin embargo, a partir de la crisis financiera que derivó en la suba de tasas, los problemas para importar insumos y luego la sequía, el escenario giró 180° en negativo y hoy es otro sector que está sufriendo una crisis.
Al punto que, según advirtió el titular de la CAFMA, Eduardo Borri, no puede descartarse que puedan ocurrir despidos si la caída de ventas continúa.
SEQUÍA DE VENTAS
En declaraciones a CNN Campo, Borri mencionó que, tras cerrar un 2022 positivo, cuando incluso los plazos de entrega eran diferidos a cinco meses por la alta cantidad de operaciones y fábricas que no daban abasto, el daño de la sequía ahora ya se está sintiendo con mayor dimensión.
“El año pasado superó prácticamente en un 10% las ventas del 2017, que había sido récord por lo menos de los últimos 10 o 20 años. Entonces, parados sobre esa base, ya arrancamos este 2023 con muy baja cantidad de ventas, hay quienes hablan de una caída del 50%, otros del 80%. Nuestro objetivo es pasar este período lo más rápido posible, que la sequía finalice y que volvamos a tener un 2024 similar a los años anteriores”, puntualizó el industrial cordobés.
El problema, según alertó, es que el crecimiento de los últimos años estuvo acompañado de muchas inversiones y de la incorporación de personal, y ahora temen que esos puestos de trabajo entren en riesgo.
“En los últimos años, los fabricantes nacionales de maquinaria agrícola incorporamos un 40% de personal: partimos de unos 26.000 puestos en el 2019 y hoy tenemos en la cadena de valor alrededor de 40.000 colaboradores. Esto significa que, si uno aplica matemática pura, ante una caída de un 50% en las ventas, si esto se prolonga por mucho tiempo, lo que está en riesgo es eso, todo lo que generamos en los últimos años”, resumió Borri.
Sobre este punto, recordó además que la mayoría de las fábricas argentinas están localizadas en el interior, en donde el tejido social es muy fuerte, y por ese eventualmente tener que reducir los planteles puede tener un impacto muy sensible.
“Es realmente problemático tener que pasar por esta incertidumbre, tanto para el empleado y los equipos de trabajo, como para el fabricante”, subrayó.
FINANCIAMIENTO
Uno de los temas clave para que la maquinaria agrícola logre sostenerse es el financiamiento: la suba de tasas ocurrida desde fines del año pasado es un obstáculo más para el sector.
Borri reconoció el acompañamiento de los bancos estatales –fundamentalmente mencionó al Nación y al Bapro–, y también de las entidades privadas, pero también admitió que “es difícil tener tasas negativas con este contexto de aumento de tasas, esto es clave y lo estamos desarrollando.”
“Esta semana firmaremos un convenio en el marco de BNA Conecta, con el cual tratamos de conseguir un financiamiento específico para el sector, para aquellos que dan prueba de que verdaderamente están fabricando aquí en la Argentina”, continuó Borri.
Y ejemplificó: “<a “>En ExpoAgro se logró un nivel de concreción de ventas importante y esto fue porque había crédito a tasas muy, pero muy razonables. Esperamos tener una oferta tentadora para los productores también en AgroActiva, en junio”.
En este marco, subrayó la necesidad de que definitivamente el Banco Central deje sin efecto la medida que encarece las tasas a aquellos productores de soja o trigo que retentan más del 5% de su última cosecha.
“Acá se trata de acceder a financiamiento a tasas accesibles, para poder acceder al mercado de manera competitiva. Para nosotros esto es clave, ese tipo de normativa debe ser derogada, es lo que el sector está esperando”, enfatizó.
LEY NACIONAL
Por otro lado, Borri insistió en la necesidad de que se apruebe una , de manera que se distingan claramente aquellos equipos que se producen localmente de los que solamente son ensamblados aquí, y la oferta crediticia favorezca a quienes generan empleo e inversiones en el país.
“En la norma se contemplan herramientas para sustituir importaciones, la innovación tecnológica del sector y para la generación de empleo. Este proyecto está en la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados esperando dictamen positivo, lo cual esperamos se produzca en las próximas semanas”, finalizó Borri.