El secretario de Agricultura, Fernando Vilella, levantó su perfil público en las últimas horas y comenzó a brindar entrevistas a los periodistas que cubren la Expoagro 2024. Entre declaraciones sobre retenciones, sus 90 días de gestión, la huella de carbono del maíz y las bondades de la bioeconomía, un colega avispado le preguntó por la nota de Bichos de Campo que contó como dos abogadas de larga trayectoria en la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA) fueron despedidas acusadas de haber “filtrado” un documento oficial a este medio.

El caso fue clasificado por Fopea, que lo investigó, como “preocupante” para el acceso a la información pública. Es decir, como una señal negativa a cualquier empleado o funcionario que quiera colaborar con el periodismo y que puede de ahora en más ser despedido sin grandes explicaciones.

“Lo que está diciendo el colega tuyo es mentira. Nadie les dijo a estas personas que estaban siendo desafectadas de su contrato porque estaban pasando información, y mucho menos se la pasaban a un periodista en particular y mucho menos por plata. Por suerte en el momento en que se le comunicó esto hay testigos, y hay un sumario. Entonces cuanto termine el sumario lo vamos a hacer público para demostrar la falsedad de lo que tu colega está diciendo”, declaró Vilella.

El colega en cuestión soy yo, quien escribe esta crónica.

Advertido de que la respuesta del secretario Vilella había sido la que fue, Bichos de Campo también entrevistó al funcionario en Expoagro y le preguntó con educación:

-Usted acaba de declarar a algunos colegas que Bichos de Campo miente cuando dice que se expulsó a dos abogadas acusándolas de filtrarnos una documentación. Nosotros no conocemos a esas abogadas. ¿Usted dice que es mentira? ¿Dice que sí las conocemos?

-No, lo que yo digo que es mentira es que esas abogadas fueron echadas por pasar información a Bichos del Campo. Eso es mentira. Por suerte tenemos testigos, porque al momento de hablar con ellas (para anunciarles el despido), había personas que no son del staff que estaban escuchando. Y eso está siendo motivo de un sumario que en su momento, cuando se termine, lo vamos a publicar.

-¿Y entonces por qué las echaron?

-Hay un ajuste, hay personas que están siendo removidas, son personas con contratos, y bueno, puede ser la situación.

-¿Y les tocó solo a ellas?

-Hay otros, lamentablemente. No es lo mejor, pero esto pasó.

-¿Y no hay posibilidad de revertir esa medida?

-Al momento no. Gracias.

Frente a la acusación de un secretario de Estado respecto de que en Bichos de Campo hemos falseado la versión sobre la causa de dos despidos de dos abogadas en el área de la ex ONCCA, y para que los lectores saquen sus propias conclusiones, vamos a establecer rápidamente una cronología de los hechos como se han venido produciendo, según los datos a nuestro alcance.

Contexto: Desde hace años que este medio sigue con atención la labor del ex titular de la ex ONCCA en la gestión kirchnerista, que a la vez fue ex subinterventor de Vicentín y responsable de volver a montar en marzo de 2021 los nuevos cepos y controles a la exportación de carne vacuna, el contador Luciano Zarich. Lo hacemos por las razones que cualquier periodista haría este trabajo: sospechamos que en torno al funcionario puede haber hechos de discrecionalidad y falta de transparencia.

4 de febrero de 2024: Como parte de es serie de notas perfectamente rastreables en nuestro sitio, ese día publicamos un artículo que contaba que en la gestión de Zarich se habían desmontado los controles electrónicos de la ex ONCCA sobre frigoríficos y molinos harineros, que habían tenido que invertir mucho dinero en costosos equipos durante el anterior gobierno de Cambiemos. En esa nota se nombra a varios funcionarios de aquella gestión y que sobreviven en la actual, como el ex coordinador general de la ex ONCCA Gerónimo Sarría.

Otro motivo para recordar a Luciano Zarich: No solo impuso el cepo a las exportación de carne; también desarticuló los controles fiscales sobre molinos y frigoríficos

6 de febrero de 2024: Dos días después de aquella nota, Sarría escribió un largo memo de trabajo que no tenía la leyenda de reservado ni estaba protegido para evitar su lectura, con lo cual muchas personas podían descargarlo con entrar al sistema GDE, donde estaba listado. ¿Por qué escribió eso Sarría? Es evidente que sus nuevos jefes -recién llegados al gobierno y sin experiencia- le pidieron explicaciones por la primera nota de Bichos de Campo denunciando el fin de los controles electrónicos. En la nota Sarría relata parte de lo sucedido y confirma la noticia realmente importante que dio este medio: los controles ya no funcionaban.

Semana del 6 al 11 de febrero: El documento habría descargado por algunos funcionarios de le ex ONCCA. Y circula entre el personal que, en su mayoría, esperaba que Sarría fuera separado de su cargo por las nuevas autoridades, como sucedió con Zarich. En ese revoleo a través de los teléfonos celulares de muchos empleados, Bichos de Campo accede al mismo, pero no de parte de las abogadas despedidas, ya que este periodista no las conocía ni tenía contacto con ellas, sino por otro informante habitual que permitió develar muchas otras situaciones ocurridas dentro de ese organismo. El documento no aportaba grandes datos. Pero sí resultaba ser una admisión de que los controles ya no funcionaban.

13 de febrero de 2024: Con ese documento en su poder, Bichos de Campo publica una segunda nota cuyo título era: “Un funcionario confirmó que el gobierno anterior interrumpió (por acción u omisión) los controles electrónicos para frenar la evasión en molinos y frigoríficos”. Allí se citan tramos del escrito en cuestión, que ya circulaba por toda la Secretaría de Agricultura. Y recién allí, una semana después de la supuesta filtración, los responsables del área comienzan una verdadera “caza de brujas” para ver quién había revelado la información. Lo más curioso es que la nota es crítica de lo actuado por el gobierno anterior, el kirchnerista, pero la persecución de la filtración es ordenada por los debutantes funcionarios libertarios.

Un funcionario confirmó que el gobierno anterior interrumpió (por acción u omisión) los controles electrónicos para frenar la evasión en molinos y frigoríficos

27 de febrero de 2024: Pasaron exactamente dos semanas desde la publicación de la segunda nota y Bichos de Campo recibe la noticia de otras fuentes vinculadas con Agricultura sobre que hay dos abogadas despedidas de la ex ONCCA “porque las vincularon con vos” y “las acusan de filtrarte info”. El despido se había producido en las horas previas y pregunto a mi fuente sobre la identidad de las dos personas afectadas. Cuando me dice los nombre, definitivamente sé que no fueron ellas las responsables. No las conozco.

28 de febrero de 2024: Por la mañana logramos confirmar la veracidad de los despidos con fuentes sindicales. De inmediato consigo el teléfono de una de las abogadas despedidas, con la que hablo por primera vez preguntando se es cierto que las despidieron acusándolas de filtrarme información. “Es así como te lo contaron. Ayer fuimos citadas por el todavía no nombrado (no salió la designación) director del área, Matías Canosa, y nos dijo que estábamos siendo rajadas por haber filtrado información que vos luego publicaste en una de tus notas. Y nada, que juntemos nuestras cosas y nos vayamos. La verdad es que nos sentimos mal, porque somos trabajadoras que dependemos de nuestro sueldo y además ahora nos están desprestigiando diciendo que vos nos pagabas sumas millonarias”.

28 de febrero de 2024, por la tarde: El secretario de Bioeconomía recibe al embajador chino para una visita al frigorífico Gorina. Eso demora su regreso al organismo, donde lo esperan sus responsables de prensa para seguramente comunicarle que había llamado el periodista Matías Longoni, bastante furioso, diciendo que le había llegado la noticia de dos despidos en al ex ONCCA bajo argumentos falsos. El periodista argumentó que se trataba de un error porque él no conocía a las abogadas despedidas y, casi suplicante, pidió a los funcionarios que revirtieran esa decisión, pues en caso de que alguien perdiera el trabajo injustamente por su culpa, no podría convivir livianamente con la situación.

28 de febrero de 2024, por la noche: El jefe de Prensa de Fernando Vilella informa a este medio que, tras algunos cabildeos con Vilella, el secretario de Mercados Agropecuarios Agustín Tejeda, y el propio Matías Canosa, la decisión era irreversible. El argumento esgrimido era que luego de un sumario interno se había descubierto que ambas empleadas habían descargado el informe en cuestión, que fuera publicado por Bichos de Campo para confirmar que… los controles electrónicos ya no funcionan. El funcionario invitó a este periodista a cruzar la ciudad para mostrarle ese expediente. El periodista contesta que los que deben dar explicaciones sobre semejante injusticia cometida son ellos, que son servidores públicos, y los invita al café de Villa Martelli. Pero ellos deciden no ir.

29 de febrero de 2024: Este medio cuenta la historia de los despidos con lujo de detalles y sensaciones en una nueva nota titulada en primera persona, con toda la impotencia que me carcomía: “Una larga crónica para explicar por qué Fernando Vilella me recuerda a Echegaray y ya no merece mi respeto: Inició una ‘caza de brujas’ por una filtración y despidió gente inocente en Agricultura”. Allí tristemente ya no discutimos de controles que no funcionan sino de personas expulsadas, sin derecho a defensa y mucho menos indemnización (“eran contratadas”, refuerza ahora Vilella), interrumpida su vida laboral por una tontería mayúscula, y sin chances de seguir prestando servicios en otro área del Estado.

Mientras tanto, nuevas fuentes me cuentan que Sarría -el funcionario que desmanteló los controles y además nlo admite- encontró refugio y sigue trabajando en un sector de la subsecretaría de Mercados Agropecuarios que conduce Tejeda, y de la cual depende también el director de Control Comercial Agropecuario, Matías Canosa, el funcionario primerizo que les dijo a las empleadas que habían sido despedidas porque filtraron información a Matías Longoni, el único periodista pelotudo de este país que, a esta altura, se preocupa por el funcionamiento de los controles…

30 de febrero de 2024: “Ayer dijeron hasta que nos pagaste sumas millonarias, pero debés tener mal mi CBU porque no me llegó nada”, se presenta con una lacónica broma la segunda abogada con un mensaje agradecido por la nota que al menos las reivindica, al desmentir que hayan sido la fuente de toda esta información. Todavía conserva la esperanza de que, al leer esa crónica, las autoridades de Agricultura decidan revisar su decisión.

6 de marzo de 2023: Las abogadas despedidas y este periodista han perdido casi la ilusión de una posible reincorporación. Yo me asombro también con la debilidad de un Estado (encarnado en un secretario de Agricultura) que no puede explicar ni siquiera de modo correcto cuáles han sido las razones verdaderas de un despido por demás injusto: si fue porque filtraron información a un periodista, como se dijo primero; o si fue porque descargaron un documento prohibido, como se dijo después; o si fue simplemente porque hay ajuste y les tocó a ellas, como acaba de decir Vilella.

Y eso fue antes de acusarnos de mentirosos a nosotros.

La entrada El secretario de Agricultura, Fernando Vilella, acusó a un periodista de Bichos de Campo de “mentir” sobre las razones de dos despidos se publicó primero en Bichos de Campo.

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