Ante el fracaso del estímulo para la venta de la oleaginosa, el cereal podría ser una opción para generar divisas. Las pistas que ha dado el Gobierno en esa dirección.

 

Los últimos días de vigencia del “dólar soja” en su tercera versión se van sin pena ni gloria. A través de la versión del tipo de cambio diferencial para la venta de la oleaginosa a $300 por dólar no ha tenido los resultados esperados para el Gobierno nacional. Fue así porque no representó un buen negocio para los productores.

 

“Los compradores levantan la puntería poniendo mayor margen en la soja, pero con el convencimiento de que luego será más difícil conseguir oferta de soja, y además como una forma de colocar pesos. Esto también genera recompras en el mercado diferido. Todo ello termina mejorando la performance argentina sobre la internacional. Pero todo podría desarmarse cuando concluya el dólar soja”, asegura Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.

Para analista y docente, la gran duda es si el productor local convalidará mermas de precios más adelante, poniendo piso a los precios. “El limitante para esto es que los compradores no trabajarán a pérdidas si pueden conseguir granos más baratos en otros orígenes”, considera.

Entre sus recomendaciones, Romano apunta a ser “muy prudentes y más sofisticados a la hora de coberturas contras los riesgos políticos asociados. Los granos no “son dólares”, son granos que tienen cotización en dólares. Si bajan y el tipo de cambio luego sube, puede pasar que lo primero termine siendo mayor que lo segundo, y en resumen terminemos con menos dinero en la cuenta”.

 

Consultado cómo está terminando el “dólar soja”, Romano aseguró que muy flojo. “El atraso en la cosecha, los rindes todavía peores a los esperados, la expectativa de precios más altos, y la inestabilidad económica llevaron a que el productor se pusiera muy remiso a vender”, detalló.Según explica, los compradores apuraron en las últimas semanas del programa sus intenciones de compra, poniendo mayor dinero sobre la mesa, e incluso trabajando con márgenes negativos, en la expectativa de originar “lo que se pueda” antes de que se cierre este ciclo.“La aparición de algunas alternativas para mantener la cobranza dolarizada a tipo de cambio oficial por fuera del sistema bancario, llevó a que se cerraran algunos negocios más. Pero lo cierto es que, si el rumor era que la expectativa de ingreso de divisas era de U$S 5.000 millones, con suerte llegaremos a la mitad”, añade Romano.

¿PUEDE ENTRAR EL MAÍZ EN EL DÓLAR AGRO?

En este escenario, ¿jugará el gobierno la última carta y agregará al maíz al dólar agro? “La decisión de otorgar subsidios a la cadena de la carne y la leche apuntaría a eso. Pero parece poco probable que ello ocurra”, estimó Romano.

La posibilidad de una devaluación del tipo de cambio oficial más acelerada podría hacer pensar que el sistema de dólar diferencial no tenga efectos.

“Si eso pasa, muchos pueden pensar que no tiene sentido vender grano ahora bajo este sistema. Pero eso es un error: lo mejor sería acceder a vender hoy granos a $ 300 por dólar y colocar ese dinero en dólar oficial a $ 220. Luego si vemos una recuperación del tipo de cambio oficial, lo haremos con una base de precios más sólidas, y un diferencial cambiario en el inicio”, indicó.