Juan Francisco Arias es uno de los pocos productores agropecuarios que siguen sembrando lino, un cultivo industrial con vario usos que además tiñe los paisajes de hermosos tonos azulados cuando está florecido. Luego de una época de esplendor hace varias décadas, la siembra del lino prácticamente se circunscribió a la provincia de Entre Ríos, donde

 

Juan Francisco Arias es uno de los pocos productores agropecuarios que siguen sembrando lino, un cultivo industrial con vario usos que además tiñe los paisajes de hermosos tonos azulados cuando está florecido. Luego de una época de esplendor hace varias décadas, la siembra del lino prácticamente se circunscribió a la provincia de Entre Ríos, donde en la campaña 2021/22 (la última con datos disponibles) se produjeron unas 9 mil toneladas sobre 8.400 hectáreas.

Arias, que en realidad nació en Buenos Aires pero decidió instalarse en la zona norte de Entre Ríos hace unos 20 años, no tiene tanta superficie implantada con lino, pero se ha convertido en un fanático del cultivo a punto tal de montar su propia empresa para vender los productos finales directamente a los consumidores. Lo siembra, lo cosecha y lo industrializa al lino a la vieja usanza. Su emprendimiento se llama Aguará Orgánico.

 

Arias no produce lino en cualquier contexto, ni como parte de una rotación agrícola. Su pequeño campo está ubicado en Conscripto Bernardi, en el departamento Federal, llegando casi a Corrientes. El establecimiento es sobre todo una reserva o área natural protegida. Allí, en el medio, hay algunos lotes agrícolas. “Nosotros procesamos más o menos 200 toneladas anuales, de las cuales un 20% va para aceite”, nos informa.