Está arrancando un nuevo ciclo agrícola con malas condiciones climáticas, con políticas oficiales macroeconómicas y sectoriales que complican las decisiones de los productores. Además se vienen las elecciones y se supone el recambio de gobierno que barajará y dará de nuevo.
“Cuando normalmente uno mira 3 o 4 cuestiones, hoy estamos mirando 10 variables: el clima, la macro, la situación sectorial, las perspectivas de un nuevo gobierno, las alternativas financieras etc. Entonces hay gente viendo si le conviene vender en una posición diferida y a su vez vender un cheque. Hay muchos negocios que se dan al mismo tiempo” dijo el analista Fernando Vuelta.
El especialista, que opera desde Rosario, viene de trabajar durante dos décadas en acopios y corredoras y ahora los asesora en forma independiente. Respecto de la próxima campaña comenzó analizando las perspectivas para el trigo.
Dijo que “cuando arranca la campaña normalmente se tiene en claro que el 80% del trigo se hace con un mínimo de agua en el perfil, que este año no está y por eso si alguien piensa que el área va a crecer le está errando”.
Por el contrario, consideró que en la zona central caería la siembra en los campos alquilados donde los productores se inclinaría por la soja de primera.
“Estamos hablando de precios a cosecha de 235 dólares por tonelada. En zona núcleo, poniendo todo lo que hay que poner, el rendimiento de indiferencia ronda los 3.800 kilos en campo alquilado, y el 70% se hace en esa condición. Aspirar a sacar eso, con este inicio, es casi una utopía”, remarcó.
Vuelta explicó que en la zona central del país se logran rindes de más de 4.000 kilos si hay condiciones climáticas y agronómicas que es lo que no se tiene este año. “Me pongo en la cabeza del productor y veo que tengo que enterrar mucho dinero, y en esta condición voy a un alto riesgo de descapitalización”, destacó el analista.
Si no se hace trigo, los agricultores pasarían directo a los cultivos de la gruesa, y habrá que elegir entre maíz o soja. La elección va a estar condicionada por “el momento de regreso de las lluvias y cómo agarre a los lotes”.
Vuelta cree que habrá una inclinación por la oleaginosa: “La soja se siembra después que el maíz, que tiene un alto costo de implantación, mientras que la siembra de soja de primera puede esperar hasta octubre al menos y con un costo menor”.
Si esto se da y el clima acompaña, el sector recibiría al nuevo gobierno con una buena cosecha de soja cuyos derivados son los principales aportantes de dólares.
Pero Vuelta aclaró que una cosa y la otra no van de la mano porque “hay que ver si los precios se mantienen, ya que Brasil tendría este año una cosecha récord de 160 millones de toneladas, y Estados Unidos también lograría un volumen importante de acuerdo a los avances de siembra que se van conociendo”. Esto podría deprimir los valores actuales que consideró como buenos.
El analista agregó que, teniendo en cuenta los problemas productivos y económicos de los productores “hay que sentarse lo más temprano posible a planificar, sacar números, ver qué tipo de financiación hay, y comenzar a definir estrategias comerciales”.
Al respecto indicó: “Apuraría a hacer los presupuestos y no quedarse en tomar coberturas vendedoras, porque las oportunidades no esperan. Un ejemplo claro es lo que pasó con el maíz que llegó a cotizar en 230 dólares la posición julio y ahora está en menos de 200”.
Vuelta dijo que está recomendando a los productores “hacer forwards a mayo, que ya se pueden pedir, en el orden de los 345 dólares por el 10% de la posible cosecha. Y el mercado a término, que aún no tiene mucha liquidez, en cuanto aparezcan opciones de venta que sirvan, hay que tomarlas”.