La región del NOA comenzó a incorporar herramientas mecanizadas para la esquila de ovejas, pero también de llamas y vicuñas. Específicamente en Catamarca, un promotor de la esquila mecanizada junto a un grupo de valientes, decidió probar con esta metodología y encontró una lista gruesa de beneficios a la hora de realizar la esquila.

Armando Escalante es aquel promotor del programa ProLana en Catamarca, además de esquilador de llamas y ovejas, quien asegura que esta labor mecanizada, ya disponible en la zona, brinda bienestar animal, puesto que los tiempos de esquila son menores, reducción de costos, y obtención de un producto superior al realizado con los tijerones, casi casi de forma artesanal, como antaño.

De acuerdo a lo que explica Escalante a Bichos de Campo, esta técnica está basada en la adaptación del ProLana, un protocolo de esquila mayormente usado y extendido en productores patagónicos para la producción lanera ovina: “Dentro de lo que es la esquila mecanizada en ovinos, incorporamos la esquila mecanizada en camélidos, o sea, llama y vicuña en la zona del NOA. El programa (por ProLana) empezó más bien por la región patagónica, que es la que se caracteriza la lana de ovinos, pero después se incorporó para ovinos acá también en el NOA y ahora incorporan a su vez los camélidos”, relata.

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En la Patagonia este método comenzó allá por los 90, pero al ser el NOA puntal en la producción de camélidos en Argentina, esta técnica tuvo que replicarse allí, para ganar tiempo, bajar los costos y mejorar la producción: “Se empezó con un método y ahora se actualizó a otro, y siguieron con este. Incorporamos este método de esquila a los camélidos teniendo en cuenta que es una de las de las únicas zonas productoras de camélidos de la Argentina, en lo que forma Catamarca, Salta y Jujuy. Es por eso que veíamos la demanda y la necesidad de incorporar esta técnica de esquila”.

Vale recordar, que ProLana es un programa nacional creado con el propósito de asistir al productor lanero de todo el país, para el mejoramiento de la calidad de la lana, de su presentación y condiciones de venta. Fue  desarrollado por organismos públicos y privados, nacionales y provinciales, y se instrumentó a través de la resolución 1139/94 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación (SAGPyA) en diciembre de 1994.

Participan, y son beneficiarios de este Programa, los productores, empresas de esquila, esquiladores, acondicionadores y clasificadores de lanas en estancia, empresas laneras, institutos tecnológicos nacionales, gobiernos nacionales y provinciales.

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Según cuenta Escalante, esta incorporación es un modo de profesionalizar algo que los pobladores de la zona, los ganaderos o productores de camélidos ya venían haciendo: Todos los ganaderos esquilaban las llamas para aprovechar su fibra: “Esquilaban de manera manual, culturalmente siempre esquilaron acá en la zona tanto ovejas como llamas, de forma manual, con los tijerones. En la Patagonia también se hacía lo mismo, pero llegó la tecnología, no llegaba bien todavía a esta zona, pero ya desde el 2014 en adelante lo estamos incorporando por varios motivos, pero principalmente por el bienestar animal, y para bajar los costos de tiempo de esquila, tanto en ovejas como en llamas porque con los tijerones se demora mucho más”.

Mirá la entrevista completa con Armando Escalante:

La reducción de tiempos y por ende, costos, representa el principal motivo por el que el productor de Santa María, al norte catamarqueño, promueve la incorporación de esta metodología: “La diferencia es que para esquilar una llama entre dos personas se estaba haciendo entre 12 y 15 minutos con los tijerones. Con la máquina eléctrica no supera los 5 minutos, 6 minutos a lo sumo, y un solo operario”.

Según Escalante, también el bienestar animal representa una mejoría en la adopción de tecnologías: “Se cuida mejo. El bienestar animal está dado porque está mucho menos tiempo atado el animal, y eso le produce mucho menos estrés. Sobre todo teniendo en cuenta que en la época de esquila que se hace de mediados de octubre en adelante en la zona las llamas, las hembras están en el último tercio de gestación, entonces es importantísimo producir el menor estrés posible en el animal”.

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– ¿Mejora la calidad de la fibra cuando cambiás de método de esquila?

– Totalmente, se saca un vellón mucho más homogéneo, un corte mucho más uniforme, parejo. Aparte de la esquila se incorpora el otro eslabón, que es el acondicionamiento de las fibras de la lana. Se va esquilando en campo y hay una mesa de acondicionar y ya la materia prima llega acondicionada al galpón.  En el campo va a unos bolsones, que después posteriormente esos bolsones van a un centro de acopio, y ahí se forman fardos ya de 200 kilos o a veces de 100 kilos, acorde a la cantidad que haya.

– Tuvieron que adaptar un sistema de esquila, el ProLana, que tiene un protocolo que se sigue hace mucho tiempo, a un animal mucho más grande, no sé si tan dócil como una oveja, no sé si tan manejable, ¿se complica mucho la tarea?

– La verdad que no. No se complica mucho porque culturalmente los productores saben el manejo, cómo manejarlos, cómo agarrar el animal, y sobre todo a la hora de esquilar, no sufre mucho el animal porque no es mucho el tiempo que está atado, comparación de 5 minutos contra 15 es mucha la diferencia.

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– ¿Notás que los productores miran con atención este cambio?

– Y la verdad que en los últimos dos años ya lo están asimilando mucho y hay zonas donde ya prácticamente no están esquilando de manera manual,  y es por los resultados y la agilidad del tiempo que se optimiza mucho. Hay otras zonas más inhóspitas, donde se complica subir con la herramienta, porque en zonas donde no hay electricidad hay que subir con un grupo electrógeno, lomo de burro, mula, caballo y todas esas cosas. Donde se puede acceder con algún medio de movilidad, un vehículo, ya lo están implementando.

– Tarde o temprano va a haber un ProLlama entonces…

–  La verdad que sí, ya lo hay. Si bien también esto lo empezó a practicar la gente del sur con los guanacos, después se extendió a la zona nuestra, al NOA. Hicimos tres modificaciones que ahora lo están imprimiendo el nuevo manual, ya con el método protocolo definitivo para camélidos.

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